miércoles, 25 de abril de 2018

Noche - Madrugada

Ha pasado un par de días desde el momento que te soñé. Me alegré el verte siquiera por unos segundos en mi mente, pero al momento de despertar me di cuenta del gran vacío que dejaste. Incluso si no llegamos a ser nada. Ahora escribo sobre esto porque en los inicios de este blog (y uno más) intentaba buscar la manera de poder superar esa sensación que ahora me ha estado envolviendo.
Mentiría si dijese que nada cambio, mentiría si dijese que ya no me interesas.
Porque en realidad todo cambio, o al menos yo lo hice. Pensé que contigo iba a ser diferente, que tenía una oportunidad, que podríamos lograr ser algo, pero la realidad me chocó y muy fuerte.

No sabía como lidiar con eso y, lamentablemente, todo lo que me rodeaba me hacía recordar a ti. Mis amigos, los pasillos y salones de clases o el simple hecho de pasar por una tienda.
Mandé todo al carajo (o al menos lo intenté). Perdí algunas amistades y pude conservar otras. Conocí gente nueva y le di un giro total a mi vida. Todo parecía ir bien. Todo iba bien. Hasta ese momento que pensé escuchar tu risa, de pronto tu nombre fue un tema de conversación y, pues, ahí se fue todo en picada.

"¿Cómo reaccionarías si cuando la volvieses a ver estuviera embarazada?" Me comentó un amigo y aún sigo dándole vueltas a esa respuesta, pero sé que eres más inteligente como para hacer eso a temprana edad.

Aunque no hay nada seguro en esta vida.

Después de ese encuentro me di cuenta de lo que cambió, de como yo cambié. De como rompí mi regla de no cambiar por nadie y ser fiel a mi personalidad y mi estilo. Pero de eso se trata el amor, ¿No? Amar con locura. Pero el amor tenía que ser recíproco y no solo mío.
Después ese sueño sobre como me saludabas, sobre como te abrazaba y, como niño pequeño, te decía que no te volvieses a alejar de esa manera.
No sé si por el temor a perderte o por volver a caer como lo hice antes.
Y los días siguientes he creído verte por todas partes, ahora trato de llenar mi agenda para no tener tiempo ni pensar en ti.

Sin embargo estoy aquí, escribiendo estas palabras. No con el fin de recordarte, sino con el fin de poder seguir adelante. Como todos mis amigos lo han hecho con sus relaciones. Pero ellos han amado y han sido amados por alguien. Eso es lo que nos diferencia.

No sé porque se me da por escribir en la última semana de Abril. Debe de haber algo que me impulse a esto.

Hasta la próxima.